9.12.06

NATIVIDAD en La Razón Digital

Del infierno de las drogas a las salas del Vaticano

Catherine Hardwicke, la polémica directora de «Thirteen», hace historia al estrenar en la Santa Sede la película «Natividad»

Ángel Villarino

ROMA- Quizá no sea una obra maestra, pero tiene muchas papeletas para pasar a la historia del cine. «Natividad», cinta de Catherine Hardwicke, directora que se hizo un hueco desvelando la tragedia libertina de la adolescencia estadounidense con «Thirteen», está a punto de conseguir lo que ni siquiera Mel Gibson logró con la polémica «La pasión de Cristo»: ser presentada nada menos que en el Estado Vaticano. Se trata de la primera vez que ocurre y, a pesar de contar con elementos polémicos, la película ha despertado la simpatía de casi todos los miembros de la Curia Romana. Un logro, porque nunca fue fácil rodar con un guión como la Biblia y arrancar los aplausos de sus guardianes. La película fue presentada en primicia ante varios miembros de la Santa Sede y casi todos dieron el visto bueno, permitiendo que la sala de audiencias públicas, la famosa Paolo VI, sea adornada con la alfombra roja de Hollywood, algo que sucederá este domingo, cuando «Natividad» se presente al resto del mundo.

Con el seno descubierto
La trama narra el nacimiento de Cristo con tintes realistas y presenta a una Virgen María de carne y hueso que vive con inquietud el embarazo, que sufre y chilla durante el parto y que siente por su esposo José algo más que amor platónico y respeto. Algunos quisieron ver al demonio en el retrato, asegurando que se aleja del concepto sagrado de la Inmaculada Concepción, pero la mayor parte de los hombres de Iglesia no le han puesto demasiadas pegas.
«Tiene el tono justo para narrar el Nacimiento, el misterio de la humildad. La iconografía antigua está llena de Vírgenes con el seno descubierto. Hoy puede resultar un inconveniente para la sensibilidad religiosa, pero en realidad es más natural. Creo que hay un poco de hipocresía. La devoción (de la Virgen) oscila entre la divinidad de Cristo y su humanidad concreta, la película quizá hace más incidencia en lo cotidiano», explicó para «Il Corriere della Sera» Monseñor Sánchez, secretario del «Ministerio de Cultura» vaticano, aficionado al cine que no esconde en ningún momento que la trama y el «contenido filosófico» de la cinta dejan que desear.

La película está dando que hablar en Italia, no sólo por el debate pseudoteológico que suscita, sino también por las polémicas en las que se ha visto envuelta. Para empezar, la carrera de Hardwicke, la directora, no parece encajar con la ortodoxia del catolicismo. Las escenas de sexo explícito con menores de «Thirteen» fueron muy criticadas tanto en Europa como en Estados Unidos. Tampoco la protagonista, la actriz que hace las veces de Virgen María, tiene una reputación intachable a ojos de la Iglesia. A sus 16 años, Keisha Castle-Hughes -que fue nominada al Oscar con tan sólo 14 por su papel en «Whale Rider»- espera de su novio su primer hijo. Según la Prensa italiana, el pequeño fue concebido durante el rodaje. Su nación, Nueva Zelanda, no ha puesto problemas a la maternidad, ya que por aquellas latitudes se es mayor de edad con 16 años. En todo caso, la actriz no acudirá a la presentación en el Vaticano y hay quien dice que la decisión nació por la incomodidad que supondría presentar a una futura madre soltera en público. El tercer ingrediente que ha hecho correr ríos de tinta fue la posible intervención del propio Papa Benedicto XVI en la «premiere», algo que parece ya definitivamente descartado.

Aunque no ha sido aplaudida por los críticos de profesión, la película sí ha despertado el entusiasmo de los vaticanistas, expertos analistas de la actualidad religiosa. «La actriz ha realizado una transposición de la historia del Nacimiento nada banal, ni edulcorada, sino muy fiel al texto evangélico y cuidada en los más mínimos detalles», considera Andrea Tornielli, vaticanista de «La Stampa». Con todo, el filme presenta similitudes con «La Pasión», por ejemplo, en la banda sonora, o en la elección de la ciudad del sur italiano, Matera, para los exteriores, condición que consagra a esta pintoresca y deprimida provincia meridional como el «Jerusalén» cinematográfico. Para inspirarse, la realizadora, en compañía de sus colaboradores, se desplazó previamente a Israel y siguieron el camino que María y José tuvieron que recorrer en su época. También se eligieron localizaciones en Marruecos. Aunque aún faltan por definir algunos detalles de la presentación, se sabe que será precedida por la lectura del Evangelio del Nacimiento y de una oración navideña escrita por el Arcipreste de la Basílica de San Pedro, Monseñor Angelo Comastri. El relator será Gigi Proietti, un destacado actor de teatro italiano, amén de gran cómico y fuertemente identificado con la izquierda política. El cóctel promete grandes emociones y una taquilla de altos vuelos.