29.5.06

Declaración de motivos

Nuestra primera acción va dirigida a responder a la provocación del libelo llamado EL CÓDIGO DA VINCI, que además de ser una calumnia, es una incitación al odio religioso, ambos tipificados en el Código Penal. Ante la pasividad de los poderes públicos y religiosos para hacer frente a este ataque brutal a la sensibilidad de millones de católicos españoles, algunos ciudadanos de a pie hemos asumido su responsabilidad, en el ejercicio de nuestros derechos constitucionales. En este blog encontrarán el diario de nuestra campaña contra el libelo infame e ilegal de EL CÓDIGO DA VINCI. También encontrarán los folletos que proponemos para repartir a la entrada de los cines donde se proyecte la película de marras.

2 Comments:

Blogger Bosco Suabia said...

¿Y si nos aprovechamos de los dilemas que plantea este estúpido libro? Por ejemplo:

1. ¿Estaba Jesucristo realmente casado?
Sí. Jesús estaba casado con la Iglesia. El Nuevo Testamente frecuentemente se refiere a Jesús como al novio, y San Pablo nos dice: “el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán como una sola persona. Aquí se muestra la grandeza del designio secreto de Dios, un designio que yo estoy refiriendo a Cristo y a la iglesia.” (Efesios 5, 31-32). De hecho, la vocación cristiana no es menos que una invitación a una eterna “banquete de bodas” (Ap. 19, 9) de Cristo y su Esposa, la Iglesia.

2. ¿Es verdad que la Iglesia creó en realidad el Nuevo Testamento?
Sí. Sin la Iglesia, no sabríamos cuál de todos los antiguos textos que hablan de Jesús fueron inspirados por Dios; no tendríamos el Nuevo Testamento. Jesucristo directamente concedió Su autoridad divina no a un grupo de textos que no existían en Su tiempo, sino a un grupo de hombres, los doce apóstoles y sus sucesores (los obispos), quienes enseñan en Su nombre y con Su autoridad.

3. ¿El sexo realmente es algo sagrado?
Sí. Por eso es que uno de los siete sacramentos cristianos es llamado Santo Matrimonio (el significado literal de “hieros gamos”). El matrimonio cristiano y el sacerdocio son vocaciones santas y santificantes a las que uno llega a través de sacramentos especiales (el Matrimonio y el Orden Sagrado respectivamente). Todos los sacramentos –como el Bautismo y la Eucaristía, por ejemplo—son signos evidentes instituidos por Cristo para otorgar Su gracia y, de hecho, los ministros de este sacramento son la novia y el novio.

4. ¿Es verdad que Jesucristo dejó descendientes?
Sí. Jesús es Dios, y dio a todo el que cree en Él el poder de los hijos de Dios. En breve, somos Sus descendientes: “Mirad cuánto nos ama el Padre, que se nos llama hijos de Dios, y lo somos. ... Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios.” (1 Jn 3, 1-2). De modo que olvídate de los merovingios. Nosotros somos el linaje real de Jesucristo: “vosotros sois una familia escogida, un sacerdocio al servicio del Rey, una nación santa” (1 Pe 2, 9).

5. ¿Nuestra cultura ha perdido realmente la figura de la santidad femenina?
Sí, en el mundo de hoy falta esa mujer. Su nombre es María, y debería ser venerada no como la mujer de un hombre mortal sino como la Madre de Dios. Felizmente, no es difícil de encontrar. La suya es la cara femenina más familiar en la historia, representada en incontables obras de arte. El mejor lugar en el mundo para encontrar hombres y mujeres adultos rezando de rodillas a una mujer, tal vez diciendo el Rosario de la Santísima Virgen María, es una iglesia cristiana.

6. ¿Deberíamos realmente rezar a María Magdalena?
Sí. Santa María Magdalena es honrada en incontables iglesias y por mujeres que llevan su nombre y por una Misa especial en un día de fiesta (el 22 de julio). De hecho, por más de un milenio, los cristianos han realizado peregrinaciones para rezar en la Basílica de San Maximino en el sur de Francia, donde una tradición dice que fue enterrada Santa María Magdalena.

7. ¿Existió en realidad un Santo Grial?
Sí. La popular historia del “Santo Grial” es una leyenda medieval, pero un Santo Grial que no es de ficción puede verse en el altar durante cada Misa. Lo que hacía tan sagrado al cáliz de la Última Cena era la sangre de Jesucristo que contenía, y en la Santa Misa, esa sangre está presente una vez más. Esto significa que cada cáliz en cada Misa es realmente un “Santo Grial”.

8. ¿Es verdad que un vientre de mujer realmente llevó la sangre de Jesucristo, el hijo de Dios?
Sí. El útero de la Santísima Virgen María contuvo no sólo la sangre sino el cuerpo entero de Jesucristo por nueve meses. Por eso, cuando rezamos el Avemaría, los cristianos nos referimos a Jesús como el fruto de su vientre y nos referimos a María como el más honorable “vaso”.

8:52 a. m.  
Blogger accionrapida said...

Estupendo! Muchas gracias. Buenos argumentos para el debate.

1:56 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home